Celia Cruz

Celia Cruz

21 de Octubre de 1925

Nace Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso, cantante cubana de música tropical. Apodada «La Reina de la Salsa», «La Guarachera de Cuba» fue una de las máximas exponentes de su género, así como una de las artistas más influyentes en la música contemporánea.

A lo largo de su carrera, Celia Cruz interpretó y popularizó internacionalmente ritmos tropicales como el son, son montuno, guaguancó, rumba, guaracha y bolero. Sin embargo, el género que llevó al estrellato fue la salsa, ritmo influenciado por estilos de diferentes partes del mundo.

Comenzó su carrera en su natal Cuba, alcanzando reconocimiento como vocalista del popular conjunto musical la Sonora Matancera, asociación musical que se prolongó durante quince años (1950-1965). En la década de los sesenta, tras el triunfo de la Revolución Cubana, Celia abandona su país natal, convirtiéndose en uno de los símbolos y portavoces de la comunidad cubana en el exilio. La cantante continuó su carrera, primero en México, y luego en los Estados Unidos, país que tomó como su residencia definitiva. En la década de los setenta se incorpora de lleno al género de la Salsa, especialmente tras su asociación musical con otros artistas del género dentro de la Fania All Stars. Durante los últimos años de su carrera, Celia se había convertido ya en un mito de la música latinoamericana. Su constante evolución en el mundo de la música, le ayudó a permanecer vigente prácticamente hasta su muerte y conquistar a nuevas generaciones de seguidores. Su carrera formó un legado invaluable y referencia ineludible para las futuras generaciones que descubren en ella una impactante y prolífica fuente de inspiración. Algunas de las canciones interpretadas por ella forman parte del patrimonio cultural de Latinoamérica. Entre las más famosas se encuentran Quimbara, Burundanga, La vida es un carnaval y La negra tiene tumbao, entre muchas otras más. Su legado musical lo conforma un total de 37 discos de estudio, además de muchas otras grabaciones especiales, discos en vivo o asociaciones con otros cantantes. En su carrera fue galardonada con numerosos premios, reconocimientos y distinciones, incluyendo dos Grammy y tres Grammy Latinos. Además de su prolífica carrera en la música, Celia también realizó algunas intervenciones puntuales como actriz en películas y telenovelas.

Celia Cruz también hizo famosa la expresión «azúcar!» que adoptó y quedó en la memoria colectiva como su frase identificativa, que ella gritaba como anuncio carnavalesco incitando a la diversión. Con un estilo único y una imagen icónica de insuperable atractivo gracias a un don carismático y musical difícilmente repetible, Celia Cruz es considerada símbolo auténtico de la cultura latina a nivel mundial.

Nació en el barrio de Santos Suárez de La Habana. Su padre, Simón Cruz, era un fogonero de ferrocarril, y su madre, Catalina Alfonso Ramos, ama de casa. Celia Cruz compartió su infancia con sus tres hermanos: Dolores, Gladys y Bárbaro y numerosos primos. Sus quehaceres incluían arrullar con canciones de cuna a los más pequeños. Así empezó a cantar. Solía observar los bailes y a las orquestas a través de las ventanas de los cafés cantantes, y no veía la hora de saltar al interior. Sin embargo, sólo su madre aprobaba esa afición. Su padre quería que fuese maestra de escuela, y no sin pesar intentó satisfacerle y estudió magisterio. Cuando estaba a punto de terminar la carrera y la abandonó para ingresar en el Conservatorio Nacional de Música.

Mientras tanto, Celia bailaba en las corralas habaneras y participaba en programas radiofónicos para aficionados, como La hora del té o La corte suprema del arte, en los que obtenía primeros premios tales como un pastel o una cadena de plata, hasta que por su interpretación del tango Nostalgia recibió en pago 15 dólares. Más tarde cantó en las orquestas Gloria Matancera y Sonora Caracas.

En 1948, Roderico Rodney Neyra fundó el grupo de bailarinas y cantantes Las Mulatas de Fuego. Celia fue contratada junto a este grupo como cantante, alcanzando un gran éxito y realizando presentaciones en México y Venezuela. Con Las Mulatas de Fuego, Celia grabó algunas canciones y compartió escena con Xiomara Alfaro y Elena Burke. Poco tiempo después, Celia comenzó a cantar en programas musicales en la Radio Cadena Suaritos, junto a una agrupación que interpretaba coros yorubas y ritmos de batá y grabó un tema junto al cantante Obdulio Morales. Los temas que grabó en ese momento serían incorporados más tarde a una de las primeras compilaciones de su trabajo en formato de Larga Duración.

En 1950, Celia conoció al empresario Rafael Sotolongo quien la buscó porque quería que cantara con la Sonora Matancera, en ese momento la agrupación musical más popular y exitosa de Cuba. Esto debido a que la vocalista principal de la orquesta, la cantante puertorriqueña Myrta Silva había decidido dejar la agrupación para retornar a Puerto Rico, dejando disponible la vacante para una voz femenina. Su ingreso fue aprobado por el director de la agrupación, Rogelio Martínez. Al enterarse de dicha entrevista los directivos de la radio donde trabajaba, fue despedida arbitrariamente.

En su primer ensayo con la Sonora Matancera, Celia conoció a su futuro marido Pedro Knight, que era el segundo trompetista de la agrupación. Celia debutó con la agrupación el 3 de agosto de 1950. Inicialmente Celia no fue acogida con entusiasmo por el público, pero Rogelio Martínez, tuvo fe en ella. El 15 de diciembre de 1950, Celia graba sus primeras canciones con la agrupación, mismas que fueron un éxito rotundo. Su «matrimonio musical» con la Sonora Matancera, se prolongó durante quince años. De allí se desprenden los éxitos Burundanga, El Yerberito Moderno, Tu voz, Pa’ la paloma y muchos otros más. En total Celia grabó 188 canciones con la Matancera. Con la agrupación, Celia también realizó breves intervenciones musicales en películas mexicanas y cubanas.

El 15 de julio de 1960, ya iniciada la Revolución cubana dirigida por Fidel Castro, surge un contrato para la Sonora Matancera en México. Celia no imaginaba que jamás volvería a pisar suelo cubano. El nuevo régimen cubano vio con malos ojos que la agrupación aceptará ofertas para trabajar en el extranjero, específicamente en los Estados Unidos. Así, el régimen de Castro le prohibió arbitrariamente volver a Cuba. Cuando cumple el mes de estancia en México, recibe la noticia del fallecimiento de su padre Simón Cruz. En 1961, Celia y la Sonora parten a los Estados Unidos para un contrato. Celia comenzó a realizar presentaciones en solitario sin la orquesta. Se presentó en un recital en el Hollywood Palladium en la ciudad de Los Angeles. En 1962, ante la negativa del gobierno de su patria de permitirle volver a suelo cubano, Celia adquirió una vivienda en Nueva York. Aunque intento regresar a Cuba para ver a su madre enferma, el gobierno cubano le prohibió el regreso. Un día fatal para Celia llegó el 7 de abril de ese año. Cuando se estaba preparando para actuar, recibe la noticia del fallecimiento de su madre Catalina Alfonso, que venía luchando con un cáncer terminal de vejiga. En ese mismo año, el 14 de julio, Celia se casó en ceremonia civil con Pedro Knight luego de un romance de varios años. Celia y la Sonora realizaron su primera gira fuera del continente americano, visitando Europa y Japón, donde actuaron con Tito Puente. En 1965, Celia culminaría una etapa vertiginosa de quince años con la Sonora Matancera.

Al Celia quedar como solista, su esposo Pedro Knight decidió dejar su puesto en la Sonora Matancera para convertirse en su representante, arreglista y director personal. En 1965, lanza su primer disco como solista Canciones que yo quería haber grabado primero. Paralelamente, Celia Cruz había adoptado la nacionalidad estadounidense luego de haber permanecido cinco años en el país como asilada política.

En 1966, Celia es contactada por Tito Puente para actuar con su orquesta. Celia y Tito iniciaron una asociación que editó seis álbumes musicales: Cuba y Puerto Rico son… (1966), Quimbo Quimbumbia (1969), Etc., Etc., Etc. (1970), Alma con alma (1971), En España (1971) y Algo especial para recordar (1972). También grabó álbumes con la Orquesta de Memo Salamanca, Juan Bruno Tarraza y Lino Frías bajo el sello TICO Records. De esta época se desprende uno de sus grandes éxitos: Bemba colorá. Eventualmente Cruz se unió a Vaya Records. Un cambio musical la hizo ingresar a la salsa. En 1973, Celia se alió con el pianista y artista exclusivo del sello disquero FANIA, Larry Harlow y encabezó un concierto de música afrocubana en el Carnegie Hall de Nueva York. Allí Celia interpretó Gracia divina, su primera canción del género de la salsa y la puerta a este nuevo ritmo. El álbum resultante de este encuentro fue producido por el ya desaparecido Jerry Masucci, quien es considerado uno de los creadores del género salsa junto al músico dominicano Johnny Pacheco. Posteriormente, participó en un legendario concierto grabado en vivo en el Yankee Stadium con Fania All-Stars, un conjunto integrado por líderes de grupos latinos que grababan para el sello Fania.

Celia firmó un contrato con la casa discográfica de Masucci, VAYA (Subsidiaria de Fania). En 1974 lanza el álbum «Celia & Johnny» con Johnny Pacheco, que obtuvo disco de oro. En total, Celia grabaría otros dos discos más en colaboración con Pacheco: Tremendo caché (1975) y Recordando el ayer (1976). De aquí se desprenden éxitos como Quimbara y Cucala. Celia se integra de lleno a la orquesta Fania All Stars, que era una combinación de los músicos de cada orquesta que tocaba para el sello musical Fania (como Johnny Pacheco, Héctor Lavoe, Willie Colón y otros más). Con la Fania All Stars (Estrellas de Fania), Celia tuvo la oportunidad de visitar el Reino Unido, Francia y Zaire. En este último país, Celia y la Fania All-Stars participaron en un mítico concierto junto a figuras como James Brown y BB King. En 1977, Celia graba su primer disco con el respaldo del trombonista y orquestador de salsa Willie Colón titulado Only They Could Have Made This Album. La fusión que se repitió con gran éxito en 1981 (Celia & Willie) y en 1987 (The Winners). Del segundo disco se desprende el sencillo exitoso Latinos en Estados Unidos.

En 1982, Celia se reencontró con la Sonora Matancera, y grabó el disco Feliz encuentro. En ese año la cantante recibe el primer homenaje de su carrera en el Madison Square Garden de Nueva York. En 1985 participó en el tema musical Cantaré, cantarás, junto a las más destacadas figuras de la música latina del momento. En 1987, Celia realizó un concierto en Santa Cruz de Tenerife. Ese concierto fue reconocido por la editora del Libro Guinness de Récords como el más grande al aire libre de entrada gratis. El concierto congregó a 250.000 personas. En 1988, Celia experimenta con otros géneros y realiza el dueto «Vasos vacíos» con la banda de rock argentina Fabulosos Cadillacs. En 1989 ganó su primer Premio Grammy por el disco Ritmo en el corazón. También fue invitada para celebrar los 65 años de la Sonora Matancera en el Central Park de Nueva York. El declive del éxito de la salsa pone a fin paulatinamente a la asociación musical de Celia con la Fania All Stars.

En 1990 Celia logró volver a Cuba. Es invitada a realizar una presentación en la base estadounidense de Guantánamo. Cuando salió de esta presentación se llevó en una bolsa unos gramos de tierra de Cuba, la misma que pidió que fuera colocada en su ataúd cuando muriera.

A pesar de que anteriormente había realizado presentaciones musicales en películas mexicanas y cubanas, en 1992 Celia debuta como actriz en la pélícula estadounidense Mambo Kings, junto a Armand Assante y Antonio Banderas. Un año después se estrena como actriz de televisión en la telenovela mexicana Valentina, junto a Verónica Castro para la cadena Televisa. En ese mismo año lanza a la venta el disco Azúcar negra, producido por Sergio George.

En 1995, Celia tiene una participación especial en la película estadounidense The Perez Family, junto a Alfred Molina y Anjelica Huston. En 1997 protagonizó de nuevo para Televisa la telenovela mexicana El alma no tiene color, un remake de la clásica película mexicana Angelitos negros, y en donde Celia interpreta el papel de una mujer de raza negra que da a luz a una hija blanca.

En 1998 lanzó el disco Mi vida es cantar, del cual se desprende uno de sus temaas más exitosos: La vida es un carnaval. En 1999, actuó con el tenor italiano Luciano Pavarotti para el concierto Pavarotti and Friends. En 2000, Celia lanza un nuevo disco bajo el auspicio de Sony Music: Celia and Friends, disco grabado en vivo en Hartford, Connecticut y en donde alternó de nuevo junto a Tito Puente, quién fallecería un poco después. En ese mismo año, la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación inauguró la primera edición de los Grammy Latinos en el Staples Center de Nueva York. Celia inauguró la entrega de premios en un número donde actuó junto a Gloria Estefan y Ricky Martin, además de ser galardonada con su primer Grammy Latino.

En 2001, el disco Siempre Viviré la hace acreedora de su segundo Grammy Latino. En este disco interpreta una versión en español a ritmo de salsa del tema I Will Survive de Gloria Gaynor. En ese mismo año, actúa junto a Marc Anthony en un homenaje a Aretha Franklin de parte de la cadena estadounidense VH1.

En 2002, Celia lanzó el álbum, La negra tiene tumbao, donde incursiona en las variantes modernas de los ritmos caribeños, influidos por el rap y el hip hop. Por este disco obtiene su tercer Grammy Latino y su segundo Grammy estadounidense.

Durante una presentación en México, Celia sufre un percance de salud. A raíz de esto, se descubre que padece de glioma (un tumor cerebral muy agresivo), sometiéndose a una operación para extriparlo a finales de ese año, para luego intentar retomar su carrera artística. Grabó su último disco, titulado Regalo del alma.» En marzo de 2003, le fue ofrecido un homenaje por parte de la cadena hispana estadounidense Telemundo, en el que participaron figuras como Gloria Estefan, Marc Anthony, La India, Gloria Gaynor y Patti LaBelle entre otros. Esta fue su última aparición pública.

La tarde del 16 de julio de 2003, Celia Cruz falleció en su casa de Fort Lee (Nueva Jersey) a la edad de 77 años. Por deseo expreso de ella, sus restos mortales fueron primero trasladados a Miami durante dos días para recibir el homenaje de sus admiradores del exilio cubano, regresando y reposando finalmente en el cementerio Woodlawn del Bronx (Nueva York).